Hoy nos despedimos de ti con el corazón lleno de amor y gratitud. A lo largo de los años, nos diste tanto: tu lealtad incondicional, tus travesuras, tus miradas llenas de ternura y tu presencia que hacía que nuestra casa fuera un hogar completo. Fuiste mucho más que una mascota, fuiste parte esencial de nuestra familia, nuestro amigo fiel, nuestro compañero de aventuras y consuelo en los momentos difíciles.

Aunque hoy nos toque decir adiós, sabemos que siempre vivirás en nuestros recuerdos, en cada rincón que tocaste con tu alegría y en los momentos que compartimos. Gracias por habernos dado tanto amor, por hacernos sentir tan especiales con cada uno de tus gestos.

Nos queda el consuelo de saber que fuiste muy feliz a nuestro lado, y que, aunque no te veamos más, siempre te llevaremos en el corazón. Descansa, querido Max, y corre libre por los campos del cielo. Te amaremos por siempre.

Con todo nuestro amor,
Tu familia.

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