


Hoy nos toca decirte adiós, y aunque el corazón está triste, queremos recordarte con una sonrisa en el rostro. Has sido más que una mascota para nosotros; has sido parte de la familia, un rayo de sol que iluminaba nuestros días con tu ternura y alegría.
Desde el primer momento en que llegaste a nuestras vidas, nos brindaste cariño incondicional y momentos inolvidables. Tus ronroneos suaves y tus travesuras han dejado una huella profunda en nuestros corazones. La casa no será la misma sin tus patitas delicadas y tus miradas curiosas.
Sabemos que ahora estás en un lugar sin dolor, rodeada de paz y tranquilidad, y eso nos consuela un poco. Siempre te recordaremos con amor y gratitud por todo lo que nos has dado. Tu espíritu vivirá en nuestros recuerdos y en cada rincón de nuestra casa que llevas contigo en nuestro corazón.
Descansa en paz, querida Carmelita. Siempre serás una parte especial de nuestra familia y te echaremos mucho de menos.
Con todo nuestro amor,
Tu familia







