

Hoy nos despedimos de ti con el corazón lleno de amor y gratitud por los momentos maravillosos que compartimos. Has sido una amiga leal, una compañera incansable y una fuente constante de alegría. Cada ladrido, cada mirada y cada gesto tuyo ha dejado una huella profunda en nuestras vidas.
Aunque el dolor de tu partida nos embarga, nos reconforta saber que has vivido rodeada de cariño y que nos has dado tanto en cada día que pasaste con nosotros. Nos consuela recordar las risas y los juegos, las caricias y los paseos que compartimos.
Siempre tendrás un lugar especial en nuestros corazones. Nos hace felices pensar que ahora estás en un lugar sin dolor, corriendo libre y feliz. Gracias, Amelia, por ser parte de nuestra familia y por todos los recuerdos hermosos que dejaste con nosotros.
Te extrañaremos más de lo que las palabras pueden expresar. Con todo nuestro amor y gratitud,
Tu familia.











